También es conocido como reventa, comercio inverso o, directamente, comprar productos de segunda mano. Aunque esto no es un concepto nuevo, estamos viendo un cambio en el comportamiento del consumidor.
El recommerce es una práctica en auge en los últimos tiempos a causa de la situación económica, aunque no se ha inventado precisamente ayer. No deja de ser un trueque, un intercambio en el que los consumidores ofrecen objetos de segunda mano para conseguir descuentos en productos nuevos de las marcas que les interesan.
Engloba desde ventas de productos usados en redes sociales hasta plataformas destinadas a ello. Los consumidores están cada vez más interesados en reducir su propio consumo y el impacto negativo que esto conlleva en el medio ambiente.
En resumen, no estamos hablando de un nuevo modelo, pero sí parece existir una tendencia a rescatarlo y aplicarlo a mayor escala en los sitios online. Quizás sea momento de que cada tienda se plantee si puede formar parte de su estrategia.
Esta tendencia se acompaña de la mayor conciencia ambiental de los millenials y la llamada Generación Z, que además tiene menos complejos a la hora de adquirir artículos de este mercado: artículos que cuestan menos, para una vida más corta.
Pero esto no significa que la calidad de los artículos no sea importante. Los compradores esperan que los artículos que adquieren a través de este canal estén “como nuevos”. En este sentido es donde nuevamente cobra mucha importancia la imagen. Los artículos tienen que tener fotografías de alta calidad para facilitar el proceso de compra online y la confianza de los compradores. Incluso hay plataformas especializadas en comprobar la autenticidad de prendas de primeras marcas o marcas de lujo antes de venderlas en su plataforma. También está en boga ofrecer servicios que faciliten el pickup de los productos.
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